Fecalismo
Canino
Cierto
individuo lleva a pasear a su perro al parque; en determinado momento el
cuadrúpedo comienza a defecar, en tanto el propietario vigila de reojo que no
haya testigos y, en cuanto su fiel amigo termina su labor, ambos huyen de la
olorosa escena del crimen sin recoger los desechos. Este problema se conoce
como fecalismo canino al aire libre, el cual sumado al de gatos, aves y
roedores, e incluso del ser humano representa serio problema que eleva los de
por sí altos índices de contaminación de grandes urbes.
Es
importante saber que la materia fecal que se deja en la vía pública termina
secándose y transformándose en polvo, el cual ensucia no sólo el aire, sino
también depósitos de agua y alimentos.Un ejemplar canino de tamaño mediano evacua a diario 600 gramos de
excremento en promedio, lo que significa 18 kilos al mes.
Lamentablemente
la gente todavía no entiende la magnitud del fecalismo, por ello saca a su
mascota a defecar, olvidándose de levantar el excremento (acto que justifica
afirmando ‘voy a pasear al perro’), lo que se suma a las evacuaciones de
animales callejeros sin control, agravando el problema.
Cabe
destacar que los microbios provenientes de las heces que se desechan al aire
libre se introducen al organismo del ser humano por medio de la respiración o
al ingerir alimentos preparados en la calle, lo que ocasiona graves trastornos
que incluyen infecciones por parásitos (lombrices, amebas o bacterias) y daños
en las vías respiratorias, padecimientos que también alcanzan a las mascotas
causándoles múltiples enfermedades.
No
tiene la culpa el perro…
Por
supuesto, el fecalismo al aire libre se ha convertido en grave problema
ambiental con fuertes repercusiones en la salud de personas y animales, sin
embargo, todos podemos ayudar a controlarlo (incluyendo a los niños), ya sea
manejando adecuadamente los desechos de nuestras mascotas y/o proporcionando
información a quienes parecen ignorar cómo hacerlo.